Fidel es un país

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____________Juan Gelman

domingo, 8 de julio de 2012

Cuba y Puerto Rico son… (Sacando lascas de una fe de erratas)

Pablo Milanés
En mi anterior artículo “La Utopía este sábado 7 y varias trovadas (tantas que se atropellan)” cometí un error, de esos que cuestan carreras y hasta se pierde un juego por él.  En esos corre-corres de escribir y subir rápido en el blog, cambié la paternidad de una canción, y le adjudiqué a Matamoros una pieza con música de Sindo. Me vino a la mente la canción, jugué con uno de sus versos, tuve incluso la duda, pero en vez de sentarme al menos a recordar completa la canción —que, para colmo es uno de los clásicos mayores de la trova cubana— , o confirmar en bibliografía, escribí “don Matamoros” y seguí para adelante. Sencillamente con tararearla completa me habría dado cuenta de que citaba “La tarde” de Sindo y no “Juramento” de Miguel. Poniendo “la tapa al pomo” se trata de autores y piezas que incluí en “Cualquier flor de la trova tradicional cubana”, libro que antologamos Bladimir Zamora, editado por la Casa Editora Abril. Pero bueno, no hay mal que por bien no venga: todo queda entre “monstruos” de la trova cubana y gracias al error recibí la sabia rectificación de don Guillermo Rodríguez  Rivera, con importante información.
Lecciones que saco:
*No debo entregarme despreocupadamente a la memoria: uno hace variaciones automáticas de lo archivado en su cabeza.
*No debo dejarme atrapar por los tiempos internáuticos y sus exigencias de subir pronto, de comunicar a primera impresión; son fuente de pifias esas metas con que uno se exprime para no dejar de enviar un mensaje. Hay que “subir” cuando una idea esté madura, perfilada y pulida.
*Tengo que acabar de darle la misma preocupación de limpieza y terminado con que se trabaja para el periodismo impreso en papel a lo que se hace para un sitio web. Por las características de Internet, y el relajito que implica la masificación de los emisores, donde se ve de todo, en cuanto a gramática, temática, ética, o apego a la verdad, pues uno suele dejarse arrastrar, adaptarse al descuido, y no debe ser. Deber constante al publicar es respetarse, que es, a su vez, respetar.
Claro que siempre es mayor el margen de error en un medio que exige a veces  inmediatez y un ritmo mayor de trabajo. Pero bueno, filosofías aparte, aquí está el mensaje que me envió el profe, Guillermo Rodríguez Rivera, poeta, ensayista, escritor, hombre de cine, y fundador de la legendaria revista El Caimán Barbudo.
 
Permíteme rectificarte que el texto con el que juegas; no es de Miguel Matamoros: pertenece a un bolero de Sindo Garay que se titula "La tarde", en el que Sindo utilizó un texto de Lola Rodríguez Tió, una poetisa puertorriqueña que vivió años en Cuba y a quien se debe esa redondilla que dice:
"Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos alas:
reciben flores y balas
en el mismo corazón".
Nada más. Saludos de Guillermo Rodríguez Rivera.


Se me antojan un par de puntos más como lecciones ante este mensaje de El Profe Guillermo: 
*Cuando te rectifiquen un error, agradece esa mano amiga, busca las causas que te llevaron a cometerlo —para que no tropieces con la misma piedra—,  y trata de sacarle provecho.
*Si el error es público, enmiéndalo (si puedes en el mismo lugar) y trata que el hecho resulte también útil a quienes perjudicaste.
Una vez más gracias, Guillermo, y una del recuerdo: pocas veces hemos gozado la poesía como aquella lectura que hiciste en una de nuestras peñas de El Caimán, en el patio bar de la EGREM. Un público, tomando además, estuvo casi hora y media hipnotizado por tu lectura de poemas y tus sabrosas conversaciones; desde los tiempos de Neruda o Guillén, no se ha visto nada semejante en cuanto a recitales. 
Me voy a agarrar de tu mensaje para ofrecer alguna información de la poetisa Lola Rodríguez de Tió, que he encontrado en diversos sitios y próximamente, en otra entrada abordaré sobre la canción de marras.
Lola Rodríguez de Tió
Dolores Rodríguez de Astudillo Ponce de León, conocida como Lola Rodríguez de Tió, vivió en 1843 y1924). Es considerada una de las más altas expresiones de las letras en Puerto Rico y un símbolo de sus luchas por la libertad.
Poetisa, periodista, de rica cultura que desde muy joven comenzó a publicar en diversos periódicos. En 1865, con 22 años, se casó con el periodista Bonocio Tió Segarra, quien compartió sus inquietudes culturales y políticas, y con quien procreó 2 hijas, Patria y Mercedes Tió. Fue pionera como defensora de los derechos de la mujer. No descansaba en denunciar el gobierno despótico colonial en la Isla y propagar los ideales revolucionarios, por lo que fue perseguida durante toda su vida por las autoridades policiacas.
Lola Rodríguez de Tió, escribió en 1868, durante el "Grito de Lares", la Letra Patriótica de La Borinqueña. Por su firme oposición al régimen español fue desterrada, junto con su esposo, de su país natal a Caracas, Venezuela, donde apadrinó la boda de Eugenio María de Hostos con Belinda de Ayala. Su segundo destierro, en 1889, fue hacia La Habana. En la capital cubana, se identificó militantemente con el ideal martiano. Esto la llevó de nuevo a su expulsión, ésta vez a la ciudad de Nueva York, en 1892. Tuvo que abandonar la Isla en 1895 al estalla La Guerra Necesaria organizada por José Martí. Tan pronto llegó a los estados Unidos, ingresó al Partido Revolucionario Cubano que buscaba la libertad de Cuba y Puerto Rico. La nombraron Presidenta Honoraria del Club Político Rius Rivera. Durante la guerra de la independencia de Cuba, fue secretaria del Club Caridad (1895-1898), dedicado a socorrer a los combatientes cubanos que luchaban en contra del régimen español y organiza un Capítulo de la Cruz Roja.
Sus versos, indica el profesor Efraín Barradas, —antillanos, cultos y populares— superan los entonces vicios del romanticismo y, al final de su vida, le abre el camino al modernismo reformador.
Entre sus poemas más conocidos, se encuentran "Cantares", "Mi ofrenda", "Adiós a mi casita", "A mi esposo ausente", "Canto a Puerto Rico" y "Madrigal". Publicó Mis cantares (1876); Claros y nieblas (1885); A mi patria en la muerte de Corchado (1885), y Nochebuena (1887). Cuba fue su segunda patria, a quien le dedicó uno de sus poemarios titulado "Mi libro de Cuba" en 1893. Poco después de la independencia de Cuba en 1899, regresó a La Habana e inmediatamente fue nombrada inspectora de Escuelas Públicas.
Quedo viuda en 1905 y en 1910 fue nombrada miembro de la Academia de Artes y Letras de Cuba. En 1911 se hace socio Bienhechor de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia en La Habana. En 1915, visita a Puerto Rico donde fue acogida con gran Júbilo, como un Acontecimiento Nacional. Muere el 10 de noviembre de 1924, en La Habana.
Inspirado en los versos de esta gran mujer puertoriqueña Pablo Milanés compuso su Son de Cuba a Puerto Rico; aquí va el poema de Lola completo y la canción de nuestro Pablito. 

A Cuba
Autora: Lola Rodríguez de Tió

Cuba, Cuba, a tu ribera
Llego triste y desolada,
¡Al dejar la patria amada
Donde vi la luz primera!
Sacude el ala ligera
La radiante inspiración,
Responde mi corazón
En nobles afectos rico,
¡La hija de Puerto Rico
Lanza al viento su canción!

Mas las nieblas del olvido
No han de empañar los reflejos
Del hogar que miro lejos
¡Tras de los mares perdido!...
Si ausente lloro mi nido,
Otro aquí vengo a formar,
Y ya no podré olvidar
Que el alma llena de anhelo,
Encuentra bajo este cielo
¡Aire y luz para cantar!

¿Cómo no darme calor
La hermosa tierra de Tula,
Donde el horizonte azula
Y da a los campos color?
¿Cómo no encontrar amor,
Para colmar el poeta
Las ansias de su alma inquieta,
Aquí, donde esplende el arte
Y en abundancia reparte
Las tintas de su paleta?

¡Noble pléyade cubana
Que entre sombras centellea!
¡Dulce musa de Zenea,
Flor que se agotó temprana!
Tras de la estela lejana
Mi inspiración adivina,
La figura de Cortina
Que con acento vibrante,
Dice a la patria: ¡adelante!
No te detengas; ¡camina!...

Yo no me siento extranjera:
Bajo este cielo cubano
Cada ser es un hermano
Que en mi corazón impera.
Si el cariño por do quiera
Voy encontrando a mi paso,
¿Puedo imaginar acaso
Que el sol no me dé en ofrenda,
Un rayo de luz que encienda
Los celajes de mi ocaso?

¡Vuestros dioses tutelares
Han de ser también los míos!
Vuestras palmas, vuestros ríos
Repartirán mis cantares...
Culto rindo a estos hogares
Donde ni estorba ni aterra
El duro brazo que cierra
Del hombre los horizontes...
¡Yo cantaré en estos montes
Como cantaba en mi tierra!

Cuba y Puerto Rico son
De un pájaro las dos alas,
Reciben flores o balas
Sobre el mismo corazón...
¡Qué mucho si en la ilusión
Que mil tintes arrebola
Sueña la musa de Lola
Con ferviente fantasía,
¡De esta tierra y de la mía
Hacer una patria sola!

Le basta al ave una rama
Para formar blando lecho;
Bajo su rústico techo
¡Es dichosa porque ama!
Todo el que en amor se inflama
Calma en breve su hondo anhelo;
Y yo plegando mi vuelo,
Como el ave en la enramada,
Canto feliz, Cuba amada,
¡Tu mar, tu campo y tu cielo!   

Son de Cuba a Puerto Rico
Autor: Pablo Milanés

Cuando se alzó mi bandera
la tuya lo haría igual,
y fue esa vez la primera
que juntos quisimos volar.
Más tarde una voz amada
gritó con mucha razón:
Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos alas.
Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos alas.

Puerto Rico, ala que cayó al mar,
que no pudo volar,
yo te invito a mi vuelo
y buscamos juntos el mismo cielo.

Condiciones que no tienen que ver
con tirar un tiro,
nos abrieron el camino
mientras a ti te detienen.
Esta tarea inconclusa
tenemos que terminar,
pues quieren ver el final
todos los muertos de ambos.
Por donde salgas yo salgo,
siempre te voy a apoyar.
Por donde salgas yo salgo,
siempre te voy a apoyar.

Puerto Rico, ala que cayó al mar,
que no pudo volar,
yo te invito a mi vuelo
y buscamos juntos el mismo cielo.

Siguiendo el mismo camino
nos volvemos a encontrar,
para juntos reclamar
que se cambie tu destino.
Y si acaso le negarán
lo que por fuerza es de usted,
yo le invito a volar esta vez
con el machete en las alas,
yo le invito a volar esta vez
con el machete en las alas.

Puerto Rico, ala que cayó al mar,
que no pudo volar,
yo te invito a mi vuelo
y buscamos juntos el mismo cielo.

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